La papiroflexia, El Quijote y el bienestar en las empresas
Raúl
García Díaz
Hay empresas que se preocupan por las personas que trabajan en ellas. Otras no. Entre las primeras, hay empresas que además planifican y realizan acciones con el fin de mejorar el bienestar de las personas. Puede ser un taller de relajación, o bien una formación en mindfulness, quizá un fin de semana en una casa rural en la que el contacto con la naturaleza y la desconexión digital reduzcan los niveles de estrés de los participantes. Y todas esas iniciativas están muy bien. Pero, en mi opinión, tienen dos graves problemas.
La papiroflexia y el bienestar
El primero tiene que ver con la papiroflexia. Desde pequeño he hecho figuritas de papel, lo que se denomina origami en japonés y papiroflexia en español, era capaz de hacer elefantes, grullas, ranas… vamos, que mi objetivo era tener un zoológico. Pero dejé de hacerlas hace mucho años. Ahora que tengo hijas he tratado de volver a hacer las mismas figuras y, lamentablemente, no me acuerdo de cómo se hacen. He tenido que volver a aprender, casi de cero.
Todo aprendizaje requiere práctica continuada. Pasa con la papiroflexia, pasa con el ajedrez, pasa con el ejercicio físico y también pasa con el bienestar. El bienestar se basa en la práctica permanente de ciertas pautas y comportamientos. Ir a un curso de cocina no te hará el mejor cocinero de tu barrio si después no practicas y entrenas lo aprendido. Asistir a un curso de gestión del estrés una vez al año, no hará que mágicamente desaparezca el estrés que sientes en tu trabajo. Sólo aprenderás a gestionar tu estrés y lograrás reducirlo si eres capaz de utilizar una y otra vez las técnicas que en el curso te han enseñado. Y eso es una carrera de fondo, no un sprint.
El Quijote y el bienestar
El segundo problema tiene que ver con El Quijote. Asistir a una formación sobre mindfulness, yoga, relajación, gestión del estrés o productividad personal siempre es beneficioso. Pero el yoga y la relajación son como El Quijote (el libro, me refiero). A mí, como a muchas otras personas de mi generación, nos obligaron a leer El Quijote cuando íbamos al colegio. Fue un fracaso total. Muchos no lo leímos e incluso le cogimos manía. Yo lo leí con treinta y seis años. ¿Por qué? Porque muchas veces con los libros al igual que con el yoga y las técnicas de relajación, hay que esperar el momento adecuado. Ese momento en el que te llama la atención o simplemente te apetece, lees las primeras veinte páginas, te engancha y lo terminas en una sentada. Bueno, El Quijote, aviso, requiere más de una y de dos sentadas.
Hace un par de años, un directivo español de una multinacional, me contó que en una de las reuniones de directivos europeos realizada en Bruselas les obligaron a hacer una sesión de meditación guiada. Salió echando pestes, al igual que varios de ellos. Actualmente, los beneficios de la meditación no tienen discusión, pero es verdad que tienes que partir de cierta curiosidad, interés o apetencia personal. En el bienestar tampoco vale el café para todos. Hay personas que enfocan su bienestar hacia la actividad y el ejercicio físico, otras hacia la alimentación, también las hay que lo enfocan hacia sus competencias profesionales (cuando mejor hago mi trabajo, menos ansiedad me provoca), otras muchas hacia pautas psicológicas que pueden poner en práctica en ciertas situaciones determinadas… El bienestar es un concepto complejo y múltiple y al que una aproximación sistémica y global es la más beneficiosa para las personas. No todas las prácticas relacionadas con el bienestar son aceptadas por todas las personas, pero hay suficientes prácticas de bienestar para que cualquier persona encuentre alguna que le encaje para mejorar su bienestar.
Por lo tanto, no estoy diciendo que una formación orientada a enseñar a respirar a las personas no sea inútil. En absoluto. Pero tiene un primer problema: que aprender esa habilidad va a requerir repetir el curso varias veces, porque la práctica es esencial. Y además, tiene un segundo problema: que quizá esa práctica no sea lo más indicado para todas las personas de la empresa en ese momento y puede generar rechazo en algunas de ellas.
Desde hace ocho años, desde mi empresa entrepersonas, he diseñado y creado bibliotecas de recursos para el desarrollo de competencias. Bibliotecas virtuales en las que los profesionales podían encontrar videos y audios para su aprendizaje. Los diferentes recursos estaban organizados y así el profesional que quería mejorar en una competencia determinada encontraba multitud de material para su desarrollo.
Mindgram – plataforma de bienestar y salud mental
Desde Mindgram ofrecemos una plataforma online para mejorar el bienestar de los empleados. Una plataforma en la que hay recursos en formato de video y de audio, tanto grabados como en directo y además, apoyo psicológico vía chat. Nuestro concepto del bienestar está basado en la mejora por la práctica y en una visión global y amplia. Por eso los empleados tienen a su disposición materiales para el bienestar físico, mental, social, psicológico… Con el fin de que las personas puedan elegir qué aspecto de su bienestar quieren mejorar y tengan recursos nuevos todos los días para conseguirlo. Porque nuestro objetivo es mejorar el bienestar de las personas ayudándoles mediante el acceso a recursos de calidad y a profesionales expertos.
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