Conciliación: encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal
Laura
Mulatero
Cuando estamos en el trabajo, a veces nos sentimos estresados o ansiosos y puede ser por situaciones que vivimos en nuestra vida privada. En otras ocasiones, nos llevamos a casa cierta carga de estrés que debería haberse quedado en la empresa.
Cuando nos damos cuenta de que hemos de encontrar la conciliación o el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es seguramente cuando uno de los dos platillos de la balanza roza el suelo, si bien todavía no estamos en el punto del agotamiento laboral. Y es que el trabajo, en un porcentaje abrumador de las veces, ejerce un enorme poder de absorción en determinadas personalidades.
En esta publicación, te contamos algunos consejos para encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
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Conciliación: ¿qué es para ti encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal?
Para cada persona, esta comparación tiene un significado diferente. También varía según tu edad, porque para una persona joven lo más importante pueden ser sus amigos y la diversión, mientras que para una persona adulta lo más valorado sea la estabilidad y la ausencia de sobresaltos.
Para conocer tu situación personal, te proponemos que hagas una lista y enumeres cuáles son tus motivaciones vitales actuales. Por último, dales un número, valóralas: a la izquierda anota el número que crees que debería ocupar en tu vida, y, a la derecha, anota siendo realista el peso que tiene actualmente en tu vida. ¿Encuentras en tus respuestas el equilibrio entre el trabajo y la vida personal? ¿O ves que hay alguna faceta que podrías trabajar para mejorar?
El pensamiento común de nuestra sociedad es el que dice que para triunfar en tus objetivos has de sacrificar parte de la diversión. Pero contempla este pensamiento como una trampa mental, porque todo está en tu interior: es tu forma de afrontar la vida, tu actitud la que va a ayudarte a conseguir tus metas y te ayudará a organizarte para que no tengas que renunciar a nada.
4 rasgos que te definen como una persona candidata a ser adicta al trabajo
¡Cuidado! Tu trabajo podría absorberte si eres una persona apasionada y te dejas llevar por las burbujas del estrés y los esperados resultados de tu esfuerzo. Un workaholic es una persona que trabaja compulsivamente, dejando de lado su vida personal y familiar, no busca encontrar el equilibrio porque no siente que lo necesite. Casi con seguridad, ese excesivo foco laboral no le proporciona satisfacción, al contrario, su nivel de ansiedad será alto y su carácter se verá afectado en cierta forma.
Estás en el camino de ser alguien adicto al trabajo si:
- Te implicas emocionalmente.
- Te sientes parte activa y necesaria en el crecimiento del proyecto.
- Te sientes insustituible.
- No solo haces las tareas para las que has sido contratado, sino que buscas las formas de optimizar tanto tu trabajo como el de tu equipo.
Como ves, cualquiera de estas características te define como una persona con la que cualquier empresa quisiera contar en su plantilla. Sin embargo, no son las ideales para mantener un buen equilibrio entre el trabajo y tu vida personal, y por consecuencia, lograr la conciliación.
Señales de alerta para reconocer una excesiva implicación laboral:
- Te llevas el trabajo a casa. Físicamente o en tu cabeza, no puedes desconectar.
- Cancelas compromisos sociales a última hora por tener que terminar proyectos fuera de tu horario laboral.
- Tu familia se resiente de tu poca presencia en el hogar: reproches por tareas no compartidas o cargar a tu pareja con las actividades de la crianza son indicios de situaciones complicadas pero que aún están a tiempo de solventarse.
- Sentimiento de llevar demasiado peso a la espalda. Tristeza, decaimiento.
- Presencia de poca calidad porque no puedes dejar de mirar el móvil y de atender mensajes y correos.
Si has visto tu reflejo en alguno de los rasgos o señales mencionados en los dos puntos anteriores, entonces puede que te tiente el camino de encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
Entonces, ¿cómo lograr la conciliación?
Define tus prioridades.
Haz del equilibrio una búsqueda constante para mantenerlo, y no importa si una vez fallas, o dos, o cien. Cualquier desajuste se resuelve en apenas segundos, si no dejas que ese estado mental te domine.
Eres un humano sabio.
Para lograr la conciliación es recomendable exponer tu situación personal a tus colaboradores del trabajo, explica los desequilibrios que estás experimentando entre tu vida personal y la familiar, y expresa en voz alta tu deseo de querer mantener tu vida personal además de seguir aportando el máximo para tu empresa. Obtendrás apoyo y comprensión de tu equipo, además de mostrarte empático y autocrítico.
No culpes a nadie, has llegado hasta aquí por deriva lógica. Sin embargo, si te has dado cuenta de que la situación no es positiva para todos, estás en tu derecho de reorientar tus pasos.
Aprende a estar bien contigo mismo para conseguir el equilibrio y la conciliación
Practica un deporte y dedícate unos minutos para mimarte. Practica mindfulness, yoga o meditación. Respétate, aprende a decir no. Juega, deja volar la mente, échate una pequeña siesta. Cuando tengas claro quiénes y qué te importa de verdad, encontrarás la tranquilidad que trae la claridad mental.
Todo es cuestión de actitud. No permitas que tu cerebro te acribille por la mañana con mensajes negativos, obligaciones y cargas que van a llenarte de negatividad. Es cuestión de entrenamiento, pero en verdad funciona cuando consigues subirte al tren del pensamiento positivo y no te planteas retos gigantescos, sino que troceas el objetivo en piezas asequibles y logras constantes pequeños triunfos.
Analiza tus limitaciones y acéptate. Las cosas son como las percibes, si cambias el punto de vista verás cosas que antes no veías, dejarás de sentir angustia cuando salgas del foco de la situación. Haz las paces contigo mismo.
Bienvenida, curiosidad.
Atrévete a explorar y date permiso para contemplar nuevas posibilidades. Comienza observando y tu cerebro irá descartando lo que no vaya realmente con tu esencia.
¿Vives de acuerdo con tus valores vitales?
Como especie, la familia es lo que más nos importa. Pero, individualmente, todos tenemos unas metas en la vida. Refresca esa lista, actualiza tus intereses y objetivos y comprobarás que tus seres queridos merecen tu tiempo y atención porque sientes satisfacción y gratitud cuando compartes tiempo con ellos.
Conciliación y salud: tu trabajo es importante para mantener tu estilo de vida.
Haz que tu primera tarea del día, cuando empiezas a trabajar, sea revisar tu agenda. No te crees a ti mismo anotaciones mentales que generan desazón e inquietud. Planifica tu tiempo y plantea objetivos realistas, medibles y alcanzables.
Si eres una persona muy optimista, por ejemplo, tenderás a creer que llegarás antes a los sitios de lo que realmente te cuesta llegar. Ayúdate de la tecnología para programar tus desplazamientos y dedica el tiempo necesario a cada proyecto.
El diálogo es la base de tu paz mental. Tal vez eres una persona reservada pero en tu círculo más íntimo, donde te quieren y te escuchan, tienes que hablar con libertad y franqueza. Con ellos puedes hacer planes de futuro y marcar metas y limitaciones. El premio no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino.
No pasa nada por pedir ayuda.
Si te parece que la situación te supera y no consigues alcanzar la conciliación, pide ayuda a un profesional de la salud mental. En la plataforma de Mindgram hay un experto equipo de psicoterapeutas que te orientarán y te servirán de guía y ayuda para que encuentres el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Estamos a solo un clic de distancia.
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