¿Cuánto cuesta una cultura organizativa saludable?
Laura
Mulatero
Conseguir una cultura organizativa saludable es un claro objetivo para muchas organizaciones hoy en día. Ahora bien, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para conseguir un lugar de trabajo saludable, hay que crear un clima laboral propicio para que los trabajadores y los directivos cooperan para mejorar, no solo en términos de productividad, sino también de salud física, mental y emocional de todos los implicados.
Una buena salud integral, además de mejorar considerablemente los niveles de producción de una empresa, también favorece su imagen corporativa y la posibilidad de ofrecer una adecuada promoción profesional para toda la plantilla. Por otra parte, las empresas que quieran tener una organización saludable deberán cuidar la salud de sus empleados, del entorno, de sus finanzas y de la estructura de la propia empresa.
Para conseguir el objetivo anteriormente señalado, hay que abrirse a nuevo paradigma que implica un cambio de cultura en la gestión de las personas. Este es el primer paso que toda organización debe dar si realmente quiere avanzar hacia el futuro. Para ello, es importante contar con un acompañamiento profesional si quiere alcanzar el éxito. En este sentido, la figura del coach se vuelve esencial durante el proceso.
Cómo transformar la cultura organizativa
Para transformar una cultura organizativa enferma en una saludable, el coaching juega un papel fundamental, pues es el método que sirve de apoyo y acompaña a la organización durante su camino por transformación. Para ello, se ha de generar un contexto que propicie una nueva visión en el seno de dicha organización y también se ha de establecer un objetivo realista a alcanzar.
Durante el proceso hacia una cultura organizativa más saludable debe haber un aprendizaje tanto individual como colectivo para que realmente tenga efectividad. La organización tiene que estar abierta a escuchar diferentes propuestas y llevar a cabo nuevos planes de acción si quiere transformarse. También ha de realizar un adecuado seguimiento de las acciones emprendidas para ajustar las expectativas y seguir el camino del cambio.
Pero, ¿cuánto cuesta alcanzar una cultura organizativa saludable? La inversión para conseguir este objetivo no es demasiado elevada ni en términos económico ni de tiempo o energía, sobre todo, si se tienen en cuenta los enormes beneficios que le reportará este cambio. Es más, las empresas que no tomen este camino probablemente estén perdiendo la oportunidad de mejorar en competitividad y eficiencia.
Beneficios del bienestar corporativo
Llevar a cabo programas de empresa saludable trae consigo innumerables beneficios tanto para la propia empresa como para las personas que la componen. No hay que olvidar que las organizaciones funcionan gracias a las personas y que su cuidado y satisfacción es esencial si se quiere conseguir una filosofía corporativa sana. Dicho esto, a continuación, se enumeran las principales ventajas de este nuevo paradigma.
- Se reducen los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.
- Se evita tanto el absentismo como el presentismo y se reducen los costes directos e indirectos derivados.
- Clara mejora del clima laboral.
- Reducción del estrés y una clara mejora en el ánimo, la participación, la motivación, el compromiso y la implicación de las personas trabajadoras con la empresa.
- Mejora de la productividad.
- Mejora de la imagen corporativa. La organización será más atractiva para los clientes, los accionistas, la sociedad en general y para futuros y propios trabajadores.
- Mejora de la imagen de marca.
Fomentar una cultura organizativa saludable significa orientar la organización al capital humano, sin duda el valor más rentable del siglo XXI. Si se quiere que la empresa sea capaz de crear un entorno innovador y creativo, deberá llevar a cabo acciones para liberar el potencial de talento existente. Esto hará que sea capaz de adaptarse a cualquier contexto económico y social, lo que la convierte en un modelo de bienestar laboral a seguir.
Ahora bien, ¿cómo puede una organización pasar de una política empresarial obsoleta a una nueva visión de la gestión de las personas más acorde con las necesidades actuales? La respuesta a esta pregunta es que existen tantas formas de hacerlo como empresas, no obstante, hay un modelo exitoso para abordar un programa de transformación saludable del que se hablará a continuación.
Cómo cambiar de paradigma empresarial
Para convertir la empresa en una organización saludable se han de llevar a cabo los siguientes pasos o acciones:
- Definir y establecer una política concreta de bienestar en la organización.
- Descubrir cuál va a ser el plan necesario para cubrir las necesidades de la empresa utilizando sus recursos para diseñar el perfil de bienestar deseado.
- Integrar el proyecto de organización saludable en el Plan Estratégico de la empresa. Esto implica la garantía de la promoción y la protección de la salud como parte integral de los estilos de trabajo organizacionales.
- Concretar marcos de comunicación permanentes y fluidos entre departamentos con el fin de empoderar a todas las personas para que sea posible el éxito del programa.
- Diseñar una nueva perspectiva o nueva mirada organizacional donde se asegure la participación de toda la organización.
- Establecer programas concretos de desarrollo personal y profesional, apoyándose en herramientas como la inteligencia emocional, coaching, PNL, mindfulness, conciencia corporal y medicina de estilo de vida como palancas de crecimiento y desarrollo.
- Desarrollar un modelo de gestión responsable, saludable y sostenible.
- Definir parámetros de seguimiento que permitan la mejora continua del programa y de la organización en general.
Si se siguen todos los criterios anteriores, las organizaciones podrán crear una cultura organizativa saludable de forma exitosa. Además, según el estudio Employer Brand Research, uno de los criterios que más se valoran de las empresas durante los procesos de selección es un entorno de trabajo agradable. Opinión que se acentúa entre los millenials (25 a 34 años), donde el 48% de ellos le da muchísima importancia.
En conclusión, crear una cultura saludable en la empresa hace que las personas que la integran perciban que son atendidos y valorados y mejore su satisfacción hacia ella. Esto supone una mayor implicación de los profesionales con su trabajo y una mejora de la productividad, además de un importante aumento del prestigio de la compañía.
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