¿Cómo convertir el estrés en energía motivadora?

Mindgram

Laura
Mulatero

Partiendo de que el estrés está presente en la vida diaria de millones de personas en todo el mundo, saber que se puede convertir en energía motivadora es sin duda una buena noticia. En España concretamente, nueve de cada diez personas sufre o ha sufrido esta dolencia, catalogada ya como el mal del siglo XXI.

Este alto porcentaje de personas que relatan haber padecido o estar padeciendo estrés, ya sea de forma temporal o crónica, también dicen tener problemas de ansiedad e insomnio. Y es que el nerviosismo influye directamente sobre la calidad del sueño, por lo tanto, sobre la calidad de vida de las personas.

Los dolores de cabeza, así como musculares; la fatiga, el cansancio y la falta de motivación, unidas a la irritabilidad, la tristeza o depresión, son otros síntomas asociados con el estrés. La buena noticia es que todo ese nerviosismo se puede traducir en energía motivadora si se cuenta con las herramientas adecuadas.

Fases del estrés y cómo convertirlo en energía positiva

Lo primero, antes de entrar de lleno en cómo se puede transformar el estrés en energía motivadora, se debe aclarar su fisiología para entender cómo funciona. En este sentido, hay una primera fase donde se percibe y se filtra la información del evento o situación estresante a través del tálamo.

Durante la segunda fase, el córtex prefrontal (toma de decisiones, atención y memoria a corto plazo), así como el sistema límbico, se ponen en funcionamiento. Mediante un análisis comparativo entre los recuerdos y la nueva situación, decide qué acción llevar a cabo. En una tercera fase, se activa la respuesta del organismo. 

En la tercera fase, la amígdala (memoria emocional) y el hipocampo (memoria explícita) entran en juego. En esta respuesta también el hipotálamo y la hipófisis se ponen en funcionamiento. Todos estos procesos fisiológicos tienen lugar en el cuerpo cada vez que una persona es sometida a un estresor. Pero, vamos a ver qué ocurre exactamente.

Qué ocurre en el cuerpo durante el estrés

Para entender mejor la gravedad de esta dolencia hay que tener en cuenta qué ocurre en el cuerpo durante esas tres fases durante las cuales el organismo responde al estrés. A continuación, se enumera cada una y se desarrolla lo que significa para el organismo a nivel fisiológico. 

  • Primera fase o de alerta. Ante un evento estresante, el hipotálamo estimula las suprarrenales para secretar adrenalina. Su objetivo es suministrar la energía en caso de urgencia. Esto desencadena una serie de respuestas en el organismo como: aumento de la frecuencia cardíaca, vasodilatación y aumento de la vigilancia.
  • Segunda fase o de defensa o resistencia. Si el estrés se mantiene, las suprarrenales comienzan a secretar el cortisol. Su cometido es mantener constante el nivel de glucosa sanguínea para nutrir los músculos, el corazón, el cerebro. 
  • Tercera fase o de agotamiento. Si la situación persiste, se acompañará de una alteración hormonal crónica, lo cual conlleva consecuencias tanto orgánicas como psiquiátricas. Esto sucede así porque las hormonas secretadas de manera continuada, se vuelven cada vez menos eficaces y comienzan a acumularse en el organismo.

El resultado de este proceso es que el cuerpo estará invadido de hormonas que tendrán un impacto negativo sobre la salud, tanto a nivel físico, como mental. Y eso es precisamente lo que está ocurriendo en la actualidad. Las abrumadoras exigencias de la sociedad actual crean personas continuamente estresadas.

El impacto que esta situación crónica produce en la salud mental y física de la población no solo está medido y consentido, sino que se ha convertido en un mal con el que nos hemos acostumbrado a vivir. Algo desde todo punto de vista bastante ilógico y contraproducente, pues las consecuencias pueden llegar a ser devastadoras.

Ahora bien, ¿se puede transformar el estrés en energía motivadora? La respuesta es sí. Y de eso se hablará a continuación, pues es la fórmula más eficaz para evitar todos los daños que esta dolencia produce en millones de personas día a día.

Tips para convertir el estrés en energía positiva

El primer paso para poder gestionar el estrés es la honestidad con uno mismo. Para ello se debe escuchar al cuerpo y detectar lo que nos quiere decir. Una vez detectada la reacción física y la emoción, es cuando se pueden cambiar los pensamientos negativos por positivos a través de técnicas concretas de relajación y gestión de emociones.

Aceptar los retos como oportunidades

Para poder convertir el estrés en energía motivadora es esencial que se aprenda a ver las situaciones problemáticas o estresantes como oportunidades de crecimiento. De esta forma se consigue una mejor respuesta ante lo desconocido, mejorando la toma de decisiones. En consecuencia, la sensación de angustia y los síntomas físicos asociados desaparecen.

Enfocarse en lo que se puede controlar

Ante una situación de estrés, lo habitual es volcar la atención sobre el problema, sobre el cual, muchas veces no se tiene control alguno. Partiendo de esta idea, es mejor enfocarse en lo que sí se puede controlar. No se trata de negar o ignorar el problema, sino de poner el foco en lo que sí se puede gestionar.

El ejercicio físico ayuda

Está más que demostrado que realizar actividad física de forma regular, reduce los niveles de estrés. El ejercicio físico es uno de los mejores remedios para que el cuerpo pueda reaccionar mejor frente a las fases del estrés. Liberando adecuadamente todas esas hormonas que se han vertido al torrente sanguíneo de manera instantánea ante el peligro.

La creatividad como bálsamo

La pintura, la escritura, la música, las manualidades, la jardinería, cualquier hobby es válido para reducir el estrés y generar una sensación de valía personal. Está demostrado que estas actividades protegen al cerebro y el cuerpo de los efectos del estrés. Además, crean una mejor autoimagen mejorando con ello la autoestima personal.

Practicar técnicas de respiración

Los cambios en la respiración son el primer indicador del estrés. Ante un evento estresante la respiración se vuelve corta y rápida, mientras que, en situaciones de calma, la respiración es lenta y profunda. Por este motivo, respirar a ritmo lento y profundo conscientemente ayuda a tener mayor control y regular los cambios fisiológicos en el organismo.

Por último, y además de todo lo anterior, si es necesario hay que pedir ayuda. En Mingdram, un equipo de profesionales, ayuda cada día a numerosas personas mediante técnicas de psicología positiva, mindfulness, terapia breve, sistémica o psicoterapia, a recuperar su equilibrio físico, mental y emocional.

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